Tattoo artist
Ya hemos conocido espectaculares aplicaciones que tienen las impresoras 3D, como recrear órganos humanos o construir edificios de bajo coste. Sin embargo, hay un uso mucho más obvio que puede ser toda una revolución: hacer tatuajes.
Empleados de Appropriate Audiences decidieron modificar una impresora 3D para convertirla en una máquina tatuadora. Dado que es capaz de recocer volúmenes y dimensiones de piel, músculos y huesos, mediante una programación previa del diseño del tatuaje que se quiere realizar hace el trabajo en un pispás y con buenos resultados.
Y llega la pregunta que uno se acaba planteando para casi todo: ¿superará la máquina al hombre?