La invención de la imprenta en España y su evolución ha supuesto uno de los logros más importantes para nuestra sociedad. Gutenberg con su impresión permitió la difusión masificada de los conocimientos y los libros. Esto llevó a que el nivel de a alfabetización bajase considerablemente, lo que supuso un gran avance para la humanidad.
La primera imprenta moderna apareció en 1450. Se tiene conocimientos de unos primeros textos impresos en la antigua China del año 768. Esta impresión se realizó sobre papel en bloques de madera o con unas pequeñas planchas delgadas de metal fundido, se llegaron a editar más de un millón de ejemplares.
La historia de la imprenta en España data de 1472 cuya ubicación fue la ciudad de Segovia, lugar de referencia cultural en aquella época. Se dice que la primera impresión fue la obra “Sinodal de Aguilafuente”.
La verdadera cuna de la imprenta en España fue Valencia. Esta localidad ya disponía de una larga tradición en la elaboración de papel. Esto favoreció la implantación de la mayoría de los talleres de imprenta. En la actualidad en esta ciudad podemos encontrar el Museo de la Imprenta y las Artes Gráficas de El Puig. Este museo es el mayor referente sobre este tema en España y el segundo de Europa.
Las siguientes impresiones se producen en Zaragoza y Barcelona en 1475. En Zaragoza el Manipulus Curatorum realizada por Mateo Flando. En Barcelona se trata de la Gramática de Perottus realizada por Huan de Salzburgo y Pablo de Constanza.
Más tarde aparecen libros impresos en Burgos,Valencia, Sevilla, Salamanca, Toledo, Valladolid y Zamora. Los temas de los libros son de religión cristiana aunque también se imprime libros de gramáticas, diccionarios y otras obras en prosa y poesía.
Al finalizar el siglo XV había en España casi una treinta imprentas repartidas en ciudades y otros municipios: Segovia, Valencia, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Salamanca, Valladolid, Zamora, Burgos, Toledo, Guadalajara, Pamplona, Granada, Palma de Mallorca, Murcia, Mondoñedo, Tarragona, Santiago de Compostela, Coria, Gerona, Tortosa, Huete, Híjar y Montalbán, y los monasterios de Montserrat y San Cugat. En Madrid, tal y como las conocemos actualmente no existieron industrias relacionadas con la imprenta hasta el segundo tercio del siglo XVI, lo cual no tiene nada de extraño porque no se convirtió en capital de España hasta el reinado de Felipe II.
El siglo XV es el siglo de las bibliotecas privadas pertenecientes a bibliófilos. Se dieron dos tipos de bibliófilos: el primero formado por los que querían coleccionar manuscritos y el segundo integrado por los que daban importancia al contenido del libro.
El bibliotecario en el siglo XVI pasa a ser del conservador y el reponedor de libros a ser la persona que asesora a los príncipes y nobles a la hora de adquirir nuevos ejemplares.
Isabel la Católica llegó a poseer de cerca de un millar de libros, entre los que había manuscritos. El Marqués de Santillana, tuvo la biblioteca de manuscritos más importante de la época.
En España surge la Biblioteca de la Universidad Complutense, creada por el Cardenal Cisneros. Contaba con una importante colección de manuscritos. Hoy en día es la segunda biblioteca más importante de España en cuanto al número de volúmenes.
También fue importante la Biblioteca Colombina, creada por Fernando Colón. Llegó a reunir 300 volúmenes. Felipe II creó la Biblioteca de El Escorial a la que en 1565 donó 42 libros. En 1566 hizo un nuevo envío de libros.
Durante la primera mitad de siglo XVI se utilizaron los tipos góticos que poco a poco son sustituidos por los romanos e itálicos. Para la ilustración se utilizaba el grabado xilográfico.
Todos los libros deben llevar una portada en la que se informaba del título de la obra y el nombre de su autor. El libro experimentó varias disposiciones normativas legales. Los focos de impresión más importantes fueron las ciudades con universidades.
En Alcalá de Henares Arnoldo Guillén de Brocar se encargó de imprimir la Biblia Políglota Complutense del Cardenal Cisneros, impresa en griego, latín y hebreo con caracteres góticos, romanos e itálicos. Se imprimieron 606 ejemplares. En Barcelona sobresale Carlos Amorós impresor de obras de Boscán y Garcilaso, y Juan Rosenbach impresor en catalán, castellano y latín.
El libro siguió la tónica de decadencia de los países europeos. Felipe IV impuso un impuesto al libro. La censura siguió existiendo y la impresión tenía que ser autorizada por el Consejo Real.
Los dos focos impresores se fijaron en Madrid y Valencia. Madrid tenía Imprenta Real y se instaló Juan de la Cuesta que imprimió la primera edición de El Quijote en 1605. Además de las Novelas ejemplares, el Persiles y la segunda parte de El Quijote.
En el siglo XVII surgen las publicaciones que son el germen de lo que hoy conocemos. Las publicaciones periódicas, que nacieron para el público que solo sabe leer en lengua vernácula. Vieron la luz en Alemania con el nombre de relationen o avisa y tenían periodicidad semanal.
También surgieron las revistas científicas en lenguas vernáculas. Hasta entonces estas revistas se publicaban en latín. En España carecieron de interés para los reyes y sus válidos . Creían que eran una amenaza contra la Corona. La primera publicación española fue La Gazeta.
En España se crearon bibliotecas particulares como las de Diego Sarmiento, Conde Duque de Olivares, Gaspar de Guzmán, Ramírez de Prado o Juan Lucas Cortés.
Hay que mencionar a Nicolás Antonio que reunió una biblioteca de 30.000 volúmenes. Pero fue famoso por sus trabajos bibliográficos.
Es el autor de la Bibliotheca Hispana Nova en 1672 y doce años después de morir se publicó Bibliotheca Hispana Vetus revisada por Manuel Martín Zaragoza.
Imprenta en España
Desde la creación de la imprenta, han surgido importantes avances en la impresión. Hoy en día para elegir el mejor método de impresión se derivan en 2 formatos principales. Los procesos profesionales se denominan impresión offset e impresión digital. No obstante, existen más métodos para imprimir información o imágenes.
La evolución de la imprenta hasta nuestros días ha estado ligada a la evolución de la tecnología. Un ejemplo de ello es la impresión offset, gracias a este tipo de impresión la calidad de las impresiones aumentó considerablemente su calidad. También podemos destacar la impresión digital con la que actualmente se realizan una gran cantidad de trabajos facilitando la impresión rápida de tiradas cortas.
Estos dos tipos de impresión presentan diferencias, estas diferencias son marcadas. Cada proceso puede ser más adecuado dependiendo de la cantidad que requiera realizar dichas impresiones o los acabados que necesite.
Todo ello nos ha llevado a que la imprenta se convierta en uno de los mayores inventos para la sociedad pasada y actual.